domingo, 23 de noviembre de 2008

Sanguijuela : Miercoles...

MIÉRCOLES

 

Sentí los cantos de los pájaros, un haz de luz me llegaba directamente a los ojos,  en el ambiente salía un buen olor (un desayuno nutritivo), traté de moverme y en mi cabeza sentí como las neuronas se partían solo por el movimiento de mi cuerpo, miré la hora: 10:30 AM.

-¡Maldición!

Conchetumadre!>

 Sentí que me miraban, en la cocina estaba Francia con una sonrisa, estaba haciendo el desayuno, café, tostadas, huevos, jugo de naranja  y leche. Se me abrió el apetito, no comía desde ayer cuando todavía sentía la esperanza de ser  feliz.

40 Pasé al baño, miré mi cara y con un dolor de cabeza increíble, me apresuré y ocupé la afeitadora de Alejandro, limpié lo que más pude mi cara tratando de que la careta quedara servible por lo menos para hoy, entré en la habitación de Alejandro y todavía dormía con la mano en el culo de Jennifer (parecen que tuvieron una acogedora velada).

            Busqué en su closet y hurgueteando encontré un  terno negro con camisa negra y corbata dorada, apuradamente me lo lleve al baño y encendí la ducha. Francia en el marco de la puerta de la cocina me gritó:

-¿Quieres desayunar conmigo, Seamus?

-¡Sí, gracias, me baño y te acompaño! Grité casi corriendo al baño.

En la ducha sentía que el agua limpiaba mi vieja piel y la sacaba, se la llevaba por el desagüe, un nuevo Seamus se levantaba (con una jaqueca increíble, asimilé que así de doloroso es un nuevo nacimiento), limpiaba mis heridas, sentía lo frágil que quedó mi alma dentro de mi piel, lo mejor era  convertirme lentamente en un insensible, por lo menos eso es lo que quiero por hoy, no me importa la sociedad y la segura derrota a la que vamos. Hoy limpiaré mis sentimientos más enajenados que tenga. Así fue como me tomé el tiempo y  la delicadeza de disfrutar un baño en la semana sin apurarme, sin pensar en la oficina y sin tener que pensar que tomaré para el desayuno... Sin hacerme el simpático sólo para no sentir las malas ondas de los demás que sufren en esa cárcel de sentimientos.

41            El agua continuaba los surcos que mi tina todavía había dejado en mi piel. Casi listo, terminaba de ponerme la corbata, miré al espejo: era una cara dura, forjada por la incomprensión.

Salí del baño, allí estaba Francia, poniendo la mesa con una polera de Alejandro que no dejaba nada para la imaginación. Con mi carácter, temporal, quedé petrificado mirando esas piernas y ese culo que me invitaba a tomar desayuno...

-¡Seamus! ¿Quieres por favor sentarte y dejar de mirarme el poto?

- ¡Ja ja ja! Lo siento, es que tienes un poto increíble. ¡Con razón Alejandro movía esa cama con entusiasmo!

-¡Déjate de hueviar y siéntate, tengo muchas ganas de conocer,  al hombre que le dio la espalda a Jennifer anoche

- Reí, nerviosamente

Después de esa intervención, Francia se puso a reír, era una risa que contaba profundos sentimientos, amarguras de infancia, su condición de madre soltera y la precaria forma de mantener a su hijo y a ella, solo sentí  que debería sentarme y escuchar lo que ella tenía que decir.

-¿Así que te no te gustan  las mujeres?

-¡Ja! No, no...lo que pasa, es que anoche estaba mal, muy mal y no podía disfrutar de una buena compañía.

42-Mmm...por lo que escucho, imagino que terminaste con tu polola o novia, eso es lo que a los hombres los hace sentir tristes, la pérdida de hacer el amor cuando se les plazca.

 

-Yo nunca lo  he visto de esa manera, ella era perfecta para mí, era mi ángel. La que iluminaba el camino, mi compañera, la que se tenia que estar al lado mío cuando yo muera, pero todo se ha ido a la mierda

- No te creo, todos los hombres son iguales, he escuchado esas historias millones de veces, mienten en mi regazo y me  cuentan que su amor ha desaparecido por otro, mientras ellos dicen que son unos santos, acabando recién de estar con otra mujer.

-¿En que me dijiste que trabajas, Francia?, dije ya con la respuesta en la cabeza

-Soy una “Dama de Compañía”, pero en realidad en el show bussiness  nos llaman putas, soltó una carcajada triste.

Otra vez esa risa, risa de muchos significados, cada vez siento que tengo que realizar algo, ¿Estará el voyerista, conduciendo mis acontecimientos?.

43            Además  he descubierto a mi querido amigo, todas esas historias de mujeres que conocía, en discotecas y pubs, que caían a sus pies como moscas, ofreciéndole sexo por montones y gratis era  falso, él, mi amigo, era otra víctima en su forma de esta maquina, comprando sexo.

            Francia notó que mi cara  empalideció, y se fue tornando cada vez más triste..

-Seamus, no te preocupes por mí, que yo lo asumí y no tengo vergüenza de lo que hago, sirve para alimentar a mi hijo y a mí.

 

Pensándolo bien, Francia tiene razón. Ella vende su cuerpo a la persona que sea, con su conciencia limpia, en un entorno podrido, donde los animales de la sociedad con el amparo de la noche salen en búsqueda de placeres, como mi amigo Alejandro y si tu miras a  tu alrededor todo el mundo se prostituye por algo, sea por dinero, fama, cosas. Yo también me prostituyo por dinero y acepto que violen mi cerebro en un horario de oficina, de lunes a viernes, por lo menos ella lo asimila y comprende más que todos que su única herramienta en esta sociedad es su capacidad para realizar sexo...

44            Continuamos el desayuno en una  conversación de dos buenos amigos que no se veían en mucho tiempo, conversamos de su infancia, de su terrible madrastra, que la violó lésbicamente cuando tenía 7 años y ella comprendió que la vida no era de rozas, sino de un gris smog, que te satura hasta que llega a la locura. Yo le conté de mi infancia, con un ambiente de libertad para hacer lo que quería, siempre con el fantasma de las represiones gubernamentales, de las crisis económicas de mi familia, sentí que mis “traumas” de niños, son solo eso “cosas de niños” al lado de tan macabra  historia la suya.

Al levantar las cosas de la mesa miré el reloj de la muralla y eran las 11:30 am, no sentí ganas de ir a la oficina, llamaré...

 

-¿Alo?, ¿Inés? Habla Seamus, me encuentro medio enfermo y estoy en el consultorio para tener un chequeo, así que no podré ir hoy, bueno, le dices a mi jefe ¿Ok?

-¡Ok! Seamus le diré al viejo culiao que tu no vení por enfermo, cuídate y nos vemos

-Gracias Inés.

Bueno ahora tengo un día libre gratis, hablaré con  Narciso un amigo de la infancia que me haga una licencia por un día y no pagaré con mi sueldo esta juerga.

43            Sin darme cuenta Alejandro estaba en el mismo ritual que estuve antes: corriendo para todos lados frenéticamente, alegando y diciendo chuchadas. Aliviado y con una paz seguí mirando como corría con cepillo de dientes en la boca, un pedazo de su cara sin afeitar, en realidad cada vez que pasaba se veía más chistoso, pegado en ese movimiento frenético de Alejandro, pensé en hueviarlo con la nueva información que me había dado Francia sobre él. Pero...qué...cada uno tiene un secreto y que es mejor ocultar, para que tener un perfecto equilibro en  la amistad.

            En ese instante de la habitación de Alejandro, aparece Jennifer con pelo desordenado desnuda y vulgar, me miro y dijo:

-Bah ¿todavía existen los hueones en este mundo Francia?

Y Francia  respondió dulcemente

-Sabes Jennifer, Seamus es un buen tipo, lo pillaste en tiempos turbulentos, es más creo que llegaremos a ser buenos amigos.

Que dulce sonaron esas palabras de alguien que tiene a “Sanguijuela” en su vagina, pensé...

-Oye Francia, ¿quieres irte de paseo conmigo? No tengo nada que hacer y ya llame a la Oficina para que me dieran el día, sólo presento la licencia de Narciso y ¡Paf!  problema solucionado.

            Dijo que sí, y dejamos a Alejandro en su ritual todavía maldiciendo por todo, y a Jennifer que le hiciera el desayuno y tal vez un “servicio”.

44            Con  Francia tomada de mi brazo, caminamos por Sanguijuela, fuimos a mi departamento a buscar un poco de plata, salimos enseguida. El agua de la tina seguía esperando mi cuerpo por si acaso, como un testigo que sabe que llegará su hora de testificar...

            Primero la lleve a los lugares que llevaba a Almendra, fuimos al museo, caminamos por el parque de los “Intocables” observando como el río, mugriento se trataba de llevar lo gris del cielo, las amarguras y las traiciones de los ciudadanos de esta cuidad, como un confidente, pasa este río por todos los lugares de la ciudad, los barrios altos y poblaciones, llevándose todos los secretos en sus asquerosas aguas...

Después de esa caminata nos dio hambre y fuimos a mi lugar favorito:  el Mercado Central de Sanguijuela, donde se mezclan toda clase de personas, turistas, vagabundos y artistas. Ordenamos y nos sentamos en una mesa alejadas de todas las demás elegí mi plato favorito “Paila Marina”, en cambio  Francia se decidió por un pescado frito con papas fritas y ensalada surtidas, pedimos un vino blanco, limón y  pan.

            Seguimos nuestra charla y le pregunté: ¿qué era lo que pasaba con la cocaína? Francia me contó que es útil la  cocaína mientras estás de “servicio” ya que inhabilita de tener placer por el cliente y solo te dedicas  ser un pedazo de carne que penetran sin compasión y amor. Eres una simple mano para la masturbación del cliente pensé.

45            Me contó de su hijo y de su departamento otorgado por el gobierno, en una población de edificios de tres pisos, rojos y hacinados, en los que la droga y la violencia tiene la gente muy tensa.  Su hijo está creciendo en ese ambiente donde se convertirá en un estropajo más de esta sociedad..

Hablamos de sus sueños de ver a su hijo como un ciudadano útil de la sociedad, que vaya a la universidad, y ella viéndose como una mujer madura y dueña de casa sin preocuparse de qué llevar a la mesa para su hijo, ya que a veces sólo tiene una maldita taza de té. Estabamos metidos en eso cuando suena su celular, apresuradamente lo contesta  y la escucho hablar, su timbre de voz dejó de ser la de la dulce mujer que se sacrifica por sus hijos, y pasó a ser una simple empleada que recibía ordenes un simple cabo...

-¿Quién era Francia?

-Ahh, era mi proxeneta, que preguntaba si le tenía su dinero...

-¿Tienes que ir a dejárselo ahora?

-No, quiero disfrutar de este día contigo... quiero olvidarme de donde soy un rato y que hago para vivir.

-Si quieres te acompaño donde tu “jefe”, agregué...

46Después de comer, continuamos por las calles de “Sanguijuela”, compramos helados, caminando me sentí como un espía de la gente que transita las calles, mirando vitrinas, mirando hacia el piso, es curioso que la gente de “Sanguijuela” al caminar la miras hacia los ojos y rápidamente su vista es dirigida hacia el suelo.

            Continuamos caminando y llegamos al centro de la cuidad la plaza de armas de “Sanguijuela”, nunca me ha gustado el ambiente de la plaza, “artistas plásticos”, vendedores ambulante, pordioseros, turistas, gente comiendo helado, parejas en los bancos, lo único que rescato es a los ancianos jugando ajedrez a un lado de la plaza olvidados, pero felices de pasar el tiempo con un poco de sol y olvidarse del camino hacia la vejez, hacia el sueño eterno...

            Francia me contaba como funciona la selva de cemento en la noche, ella necesitaba de un cafiche,  por que los drogadictos, lanzas y transexuales, pelean cada centímetro de su calle, como animales en la selva orinando para marcar territorio, para ella no fue fácil comprender tal código de respeto entre estos “fenómenos”, su vida es dura, después de tal shock nocturno, de toparse con cerdos que no tienen sexo

4732            Después nos metimos al barrio rojo donde ella trabaja, ya estaba atardeciendo, cada paso y cuadra que avanzamos los edificios cada vez iban acercándose y las calles estrechando, comenzaba a salir una mezcolanza  de olores que a  mis narices le fue un golpe duro de olvidar, era una mezcla de cloro, incienso, transpiración, olores vaginales, (para que pasara piola tanto olor) y a semen, comencé a notar que las casas se iban tornando cada vez mas grises y tan chicas que al final, eran solo una habitación, con unas luces rojas y una cama con sábanas sucias, era todo tan sucio. Caminando entre veredas mojadas, oscuras, por el sebo de años y la poca luz, bolsas de basura en cada costado de la calle, hombres saliendo de las pequeñas casas (ejecutivos, y obreros, la mayoría), con una tristeza de soledad increíble. Putas en los marcos de las puertas ofreciendo sus senos y diciendo que tenían “combos especiales” (eran estos combos un coito, un “mamón”...), casi la mayoría de las putas vivía ahí y eran todas drogadictas, así que también veías jeringas botadas en los marcos de las ventanas de las pequeñas casas. Al fin, llegamos a su “oficina”, arrienda esta casa, pintada de amarilla, con unas macetas de amapolas colgando en toda la muralla, vidrios oscuros y un faro que tenía las palabras: “LIBRE” y “EN SERVICIO”. Me invitó a pasar y observé que la casa estaba limpia, tenia una cama con las sábanas lavadas, una silla y un colgador de ropa, tenía también un lavamanos y unos vasos (por si el cliente traía algo para tomar), lo noté acogedor para alguien que quiere solo sexo y no conocer a un “pedazo de carne” arrendado...

48            Ella buscaba entre unas ropas botadas que tenia por ahí, sacó una caja de vino tinto y la sirvió en los vasos y me dijo:

-Toma brindemos por nuestra iniciada amistad.

-¡Salud! Brindo por ti Francia..., agregué.

-Seamus, ¿quieres otra cosa, tal vez algo para comer, o quieres probar la cocaína?

Otra vez el demonio de la cocaína, golpeaba a mi cerebro ya fui un adicto a la cocaína, en mis primeros días de oficina, mis “compañeros de oficina” me  la recomendaban para que tuviera mejor rendimiento en el trabajo, así que fui cayendo profundamente hasta que Almendra, me sacó de ese túnel al que iba cayendo...,pero cada vez que la ofrecen siento como se quiebra mi fuerza de voluntad. Así que lentamente le dije que no y voltee mi cara hacia otro lugar mientras Francia comenzaba hacer la línea y preparando el billete para su aspirada. En eso suena mi celular y era mi hermana  Alondra. Alondra y yo nunca fuimos hermanos de sangre pero crecimos juntos, ella es una loca de atar, con sus artimañas es la más grande y respetada mujer de los hombres que la rodean en su vida cotidiana, mujer decidida, firme como un señor feudal pero con la ternura de una madre devota  una ingenua en muchas cosas que le da su toque de inocencia, en fin una gran hermana y mujer.

49-¡Oye hueon, estamos afuera de tu departamento, esperando que lleguís poh hueon, ya hoy nos  tocaba la juntación en tu casa y vo no-estay, ni fuiste a la oficina ¡Enfermo el mentiroso culiao! Ya apúrate y llega luego que tengo hambre...!

-Ok! Alondra voy al toque  nos vemos...

Entonces le dije a Francia, que tenía que ir al departamento, que tenía unos amigos afuera y que estaban esperando entrar para ver una película y una buena conversación, la invité, no quiso ir, ya  comenzaba su jornada laboral y su cafiche estaba por llegar.

-¡Ven a verme, Seamus para que conversemos como va todo, no te olvides de mí!

-Seguro,  sabrás noticias de mí luego, traeré una botella de vino, para

Amenizar nuestra charla.

-Me despedí con un beso en su frente, para tratar de bendecirla o protegerla de los males que pueda sufrir esta noche.

Al llegar al edificio, noté que estaban todos mis amigos, y pensé que bueno es estar entre tus amigos, cómplices, a veces jueces de tu vida que te acompañan en los tiempos buenos y malos...

50Al abrirse la puerta del ascensor, vi a Alondra sentada en el piso con la espalda apoyada en la puerta, estaban: Jorge, Miguel, Juan, Pedro, Ignacio y Andrés, hablando de cosas que siempre están en discusión. Al verme me empezaron a regañar que por qué chucha no estaba en la casa, que sabía que teníamos la juntación. Estaba contento de verlos, entramos y menos mal que todo estaba en orden, además no se dieron cuenta del ritual que tuve anoche, excepto por el agua y la botella de ron que estaba en el baño.

-¿Qué onda Seamus, parece que anoche te fuiste de carrete?  Preguntó Ignacio.

-Mmm, sí, me tomé esa botella de ron y después vino Alejandro para acá a buscarme para ir a carretear, que tenía dos minas y que lo acompañara, me quedé en su casa y me dio paja  ir después a trabajar, salí con una amiga, la quise traer ahora para que la conocieran pero tenía cosas que hacer.

Puta el culiao! Pa’ que chucha nos invitaron, tenía puras ganas de carretear, son maricones los hueones y ¿cómo estaban las minas?, preguntó Ignacio.

-Sí, igual estaban piola, por lo menos una era medio hueona, ¡vos cachai!, algo plástica y seguidora del camino hacia el basural, le contesté.

51Continuamos la charla, mis amigos habían traído cerveza y una buena película “La Naranja Mecánica ” de Stanley Kubrick,  y la estaban colocando al video para verla, pero, primero les dije que necesitaba un poco de relajo antes de ver la película  que necesitaba un caño para reírme. Entonces Alondra me dijo que ella tenía, pero le dije fumáramos afuera, en la azotea del edificio y ver como se escondía el sol y comenzaba la noche, y los demás comenzaron a alegar que por qué no lo fumábamos en el departamento, al final les dijimos que el que quería fuera porque  ya nos íbamos

            Subiendo le pregunté a  Alondra como estaban sus cosas y proyectos, como siempre tenía todo controlado mientras yo me estaba haciendo picadillo. Llegamos al techo del edificio, nos tiramos mirando como el cielo con sus diferentes matices, y el sol daba sus ultimas muestras de que sobrevivía el día, mientras Alondra enrollaba un pito, me contaba de su amado y que las cosas estaban bien y me preguntó sobre  Almendra.

Le conté que pasó el martes en la noche y el intento de suicidio, del carrete de Alejandro donde conocí a Francia, le conté donde estaba cuando me llamó, y como estoy tratando de cerrar este hoyo que me quedó en el pecho, le conté todo lo que sentía mientras nos pasábamos el pito a bocanadas y cada vez ella comprendía más lo que pasaba. Alondra estupefacta por lo que le dije,  y lo volada que quedó solo se dedicó a darme palabras de apoyo, que ella siempre iba a estar conmigo.

5231            En realidad no necesitaba la compasión de Alondra ni la de nadie, la luna me sonreía como una cómplice y contenta de verme; ya que por todo lo que dije la noche pasaba. En eso cuando estaba en plena reconciliación con la luna, aparecieron los chiquillos y se fumaron otro pito, bajamos a ver la película, con cerveza y tabaco, todos sentados y volados, mientras que a mí el sueño y las alucinaciones comenzaban a apoderarse de mi mente, no recuerdo como era la película, solo me acuerdo de un sueño extraño: me veía caminar por Sanguijuela y en sus calles la gente estaba aterrada por que millones de ríos de lava quemaban todo por donde pasaban pero muy poca gente era salvada, porque mostraban sus cheques y un haz de luz las levantaba y las llevaba a un  lugar protegido y desperté cuando sentía la lava quemar mis pies...

            Al despertar estaba solo, la televisión encendida y un cigarro prendido en el cenicero, la luz a media potencia y sin zapatillas me arrime a la mesa de centro y había una nota:

            Querido Seamus:

Nos fuimos porque como siempre te quedaste raja.

 Viendo la película; me voy por que tengo que ir a ver a Pancho

Te llamaré  así que nos vemos y cuídate.

Hablamos más tarde”.

                                                           Te quiere: Alondra.

53
 

 


Solamente lo que hice fue ir al baño, vaciar la tina y tomarme una ducha, cepillarme los dientes, ponerme una polera cómoda y mear, volví al sillón e hice un zapping,  estaba fome, como siempre y lo mejor era ir a mi habitación recostarme en mi cama y fumarme un cigarro mirando la ventana hacia luna que contemplaba,  que por fin tendré un buen dormir en esta semana.

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